El aislamiento térmico es fundamental para garantizar la eficiencia energética en los edificios. Un buen sistema de aislamiento ayuda a mantener un ambiente interior confortable, lo que a su vez reduce la necesidad de aire acondicionado en climas cálidos, y de calefacción en climas fríos. Esto no solo se traduce en un ahorro significativo de energía, sino que también contribuye a la disminución de emisiones de gases contaminantes.
Para lograr un confort óptimo al interior de una edificación, , es esencial contar con sistemas de cubiertas frescas. Estas soluciones innovadoras están diseñadas para impermeabilizar con membranas asfálticas que reflejan el calor, en conjunto con aislamiento de fibra de vidrio mejorando la eficiencia energética y brindando una protección eficaz contra la humedad y las filtraciones.
Mauricio Beltrán, Desarrollador de Negocio de Construcción Liviana de Imptek, enfatiza la importancia de seleccionar materiales con certificaciones de calidad, además de proteger las edificaciones de las adversidades climáticas, cuidan también la salud de sus constructores y habitantes. Las cubiertas frescas no solo ofrecen durabilidad y resistencia al estar fabricadas con materiales flexibles y resistentes, sino que también requieren un mantenimiento mínimo, respaldadas por garantías que van de 10 a 15 años, dependiendo del sistema.
La implementación de cubiertas frescas no es exclusiva de climas cálidos donde se busca crear una barrera de ingreso de energía calórica, sino que también en climas fríos donde se busca mantener la temperatura generada al interior del espacio y que no se escape para que se mantenga una temperatura confortable.
Invertir en un adecuado aislamiento e impermeabilización con reflectividad como la que brindan las nuevas membranas asfálticas ultra blancos de Imptek, es una decisión inteligente que previene problemas estructurales y pérdidas de energía. Al optar por estas soluciones, no solo se garantiza un ambiente interior más cómodo, sino que también se contribuye a un entorno más sostenible, un aspecto cada vez más crucial en el contexto actual del cambio climático.