La gran mayoría de daños a los pies se deben a la caída de objetos pesados. Por eso es fundamental que conozcas de qué forma protegerte.
Las lesiones son frecuentes en muchas industrias, especialmente, en la de la construcción. Los pies, sobre todo, los dedos, tienen un mayor riesgo de salir lastimados, ya que se encuentran expuestos a la caída de objetos pesados, quemaduras causadas por metales sometidos a altas temperaturas y corrosión por químicos, así como a heridas provocadas por objetos punzantes que atraviesan el calzado, descargas eléctricas y resbalones. Por todo eso es importante tener los pies adecuadamente protegidos con un calzado especial.
Como ocurre con otros elementos de protección, el calzado y los accesorios de protección para pies y piernas, deben estar acorde con el riesgo al que el trabajador se encuentra expuesto. De estos, destacamos los botines y botas de seguridad.
BOTINES DE SEGURIDAD:
Se confeccionan con cuero, goma sintética o plástico y pueden estar cosidos, vulcanizados o moldeados. Estos deben tener una punta reforzada, por lo general de acero, que proteja los dedos de posibles impactos con objetos pesados. El uso de suelas de goma sintética o poliuretano, con el diseño adecuado, ayuda a evitar caídas en superficies húmedas o resbaladizas.
Las suelas reforzadas contra perforación, suelen utilizarse en obras de construcción, aunque también pueden añadirse al calzado plantillas que cumplan la misma función.
Donde existe riesgo eléctrico, los botines deben estar enteramente cosidos o pegados, evitando en su confección el uso de clavos u otro tipo de elementos metálicos -como por ejemplo los ojalillos para los cordones- y las suelas deben proporcionar el aislamiento necesario.
BOTAS DE SEGURIDAD:
La confección de las botas de seguridad es similar a la de los botines. Sin embargo, debe puntualizarse que las botas de goma sintética constituyen una protección particularmente útil para evitar lesiones por contacto con productos químicos y suelen preferirse a los botines.