Un espacio habitable, incide directamente con la habitabilidad. El término habitabilidad para muchos autores, coinciden en describirla como el satisfactor de las necesidades humanas, que promueve la calidad de vida y está influenciada por factores: económicos, sociales y culturales.
La habitabilidad en el ámbito de la arquitectura, se la determina a través del proyecto en sus diferentes escalas: humana, arquitectónica y urbana, teniendo como propósito, satisfacer los requerimientos de la familia en su estructura social, la cual es heterogénea en cuanto a número, género, edades y roles de los distintos componentes.
Estas escalas pueden abordar el problema de forma individual, pero tienen que combinarse dentro de sus límites inherentes, para la solución y desarrollo, con lo cual se establecen pautas en el diseño.
La escala humana, hace alusión a las medidas del hombre, lo cual mediante el estudio de la antropometría, planteados.
La escala arquitectónica configura la vivienda, por medio de los ambientes. La escala urbana, considera el entorno, donde está ubicada la vivienda, la plantea como una célula habitacional, en un sistema de agrupación con otras células, con lo cual se caracteriza un sector, barrio y ciudadela, dentro de la ciudad o fuera de sus límites urbanos.
La habitabilidad por lo tanto, es una condición inseparable del proyecto arquitectónico y urbano, lo cual debe ser una guía al diseñador. Además se puede determinar el nivel de habitabilidad, en proyectos realizados mediante indicadores, los cuales se establecen para evaluar el grado de aceptación de los usuarios, desde el confort en la vivienda y la movilidad, uso-apropiación del espacio en el entorno inmediato.
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