Con tan solo 14 años se inició en la construcción y, desde entonces, siempre ha tenido presente que, “ obrero que se respeta nunca es conformista ”. Ésta enseñanza la aprendió de su padre, quien también le dijo que un buen constructor tiene metas claras.
Juan nos comentó, mientras preparaba el mortero para enlucir las paredes, que hace diez años tuvo un altercado con un oficial que no realizaba bien su trabajo. Aquel joven lo insultó, lo que provocó una pelea. Como resultado, el oficial fue echado del trabajo y nuestro amigo, suspendido por una semana. Ese incidente le sirvió para entender que lo que importa, realmente, es el fruto del trabajo realizado por uno mismo y no estar pendiente de los comentarios de los demás.
Nuestro amigo, oriundo de Riobamba, tiene 51 años y sigue dando todo su esfuerzo en cada proyecto. Además, siente el deseo de mostrarle a la juventud que solo metiendo ganas y trabajando correctamente la gente se supera.
“Los obreros de la construcción debemos tener metas claras si queremos crecer y mejorar nuestra calidad de vida y la de nuestras familias. De nada nos servirá trabajar duro si malgastamos el dinero en vicios. Espero que esto les permita abrir los ojos y enfocarse mucho más en su trabajo”.
