En el mercado existen varias opciones de inmuebles en alquiler para elegir un próximo hogar. Ya sea que se busque vivienda en Guayaquil, Manta o Quito, cada ciudad tiene características como áreas verdes, número de habitaciones, o metros cuadrados totales que se adaptan a distintas necesidades.
Uno de los aspectos importantes a tomar en cuenta al alquilar una propiedad y que resulta muy cómodo, es la posibilidad de elegir un espacio amoblado. Sin embargo, para que la elección sea la más acertada, Properati ofrece una guía con algunos puntos a considerar para tomar la mejor decisión.
Presupuesto
El primer paso consiste en evaluar el presupuesto que se destinará, pues es más costoso arrendar una casa o departamento que incluya mobiliario y electrodomésticos — refrigeradora, lavadora, secadora, sofás, comedor, cama— a un inmueble vacío.
Según un análisis realizado por Properati sobre los valores de viviendas en Quito, por ejemplo, el precio promedio de alquiler de un departamento de dos habitaciones en La Carolina es de USD $729 mensuales. Sin embargo, una propiedad similar que incluye muebles y línea blanca, el precio asciende a USD $762.
Cambio de ciudad
Arrendar un departamento o una casa amoblada es generalmente la mejor opción para personas que cambian de ciudad con frecuencia, evitando así, la adquisición de electrodomésticos y muebles cada vez que se llegue a un nuevo lugar y la venta al momento de mudarse nuevamente.
Además, es una alternativa cómoda y económicamente conveniente a largo plazo, pues se prevé la pérdida de dinero por la devaluación de los muebles.
Gustos y preferencias
Es muy probable que los muebles con los que se renta una propiedad no sean del agrado y preferencia de los nuevos inquilinos tanto en estilo, colores o calidad. No obstante, esto se puede solucionar combinándolos con accesorios más pequeños y de bajo costo como cojines, cobijas con diseños, floreros o cuadros.
En el caso de las personas que prefieren un estilo muy particular para la decoración de su hogar, lo mejor es optar por una propiedad vacía donde se pueda decorar desde cero.
Niños pequeños y mascotas
Con niños pequeños o mascotas, un departamento amoblado no será la mejor opción. Ya sea por juego, descuido o a veces por travesuras, es común que hagan pequeños destrozos como raspar los sofás o pintar los muebles con crayones. Si esto ocurre, se debe pagar por los daños ocasionados, lo que generaría un gasto imprevisto.
El primer hogar
Amoblar una casa o departamento que se arrienda por primera vez puede representar un costo muy alto y es común que al independizarse no se cuente con el dinero necesario para equipar una vivienda. En este caso, arrendar una propiedad con muebles incluidos será de gran ayuda para que de a poco se pueda adquirir cosas propias sin perder comodidad en el hogar.
Sin embargo, es necesario evaluar si el costo adicional del departamento o casa amoblada no es superior a lo que representaría obtener un crédito para comprar todas las cosas que se necesiten.
Conversar con los dueños
Al arrendar una propiedad amoblada se recomienda asegurarse que la tarifa extra no sea excesiva, comparando el valor con otras propiedades similares sin muebles.
Al momento de firmar el contrato, los muebles de la propiedad se deben detallar en el inventario adjunto al contrato de arriendo y revisarlos en persona con el dueño para verificar cómo se encuentra cada uno. Además, el estado de los artículos también permite negociar el precio final de renta del lugar.
Finalmente, es importante definir la persona responsable del mantenimiento de artículos como la lavadora, secadora o refrigeradora y el pago por los daños en caso de existir. Puede suceder que los dueños se queden con la garantía del arriendo para reparar cualquier imprevisto tanto del departamento como de los muebles o llegar a un acuerdo distinto como, por ejemplo, que el inquilino compre un mueble o artículo parecido y lo reponga.