La ducha representa un espacio especial para muchas personas, proporcionando un momento de relajación y tranquilidad. Por lo tanto, es fundamental elegir una ducha de calidad y mantenerla adecuadamente para disfrutar al máximo de sus beneficios. Las duchas de acero inoxidable son una elección excelente para su cuarto de baño, ya que no solo presentan un diseño moderno y elegante, sino que también se caracterizan por su resistencia, durabilidad y facilidad de limpieza. No obstante, como cualquier producto de calidad, requieren un mantenimiento adecuado para conservar su brillo y funcionalidad.
En este artículo, FV, marca líder en la fabricación de grifería y accesorios para baños y cocinas explica detalladamente cómo limpiar su ducha de acero inoxidable paso a paso, permitiéndole disfrutar de ella durante mucho tiempo.
Lo primero que debe saber es que el acero inoxidable es un material que no se oxida ni se corroe, pero que puede acumular sarro debido a las impurezas o sales presentes en el agua. El sarro puede afectar el flujo de agua y la apariencia de la ducha, por lo que es importante eliminarlo periódicamente. Para hacerlo, siga estos consejos:
- Abra el paso de agua y deje que la ducha funcione por unos minutos. Esto ayudará a desprender el sarro de los aspersores.
- Con el dedo, frote suavemente cada aspersor para quitar el sarro que pueda quedar. No use objetos metálicos o abrasivos, ya que podrían dañar la superficie cromada de la ducha.
- Si después de limpiar los aspersores todavía nota que el flujo de agua no es normal, cierre el paso de agua y desarme la ducha con cuidado.
Tip FV: Para evitar rayar el cromo, coloque un paño suave entre la tuerca y la herramienta que use para aflojarla.
- Retire el filtro y el restrictor de caudal que se encuentran dentro de la ducha. El filtro es una malla metálica que evita que las impurezas del agua ingresen a la ducha, y el restrictor de caudal es una pieza plástica que regula la cantidad de agua que sale por la ducha. Ambos elementos pueden estar obstruidos por el sarro.
- Lave el filtro bajo un chorro de agua y use un cepillo de dientes para remover el sarro que pueda tener.
- Si el sarro y las machas producidas por la calcificación persisten, coloque la ducha y sus componentes en un recipiente y sumérjalo en una solución de agua y vinagre (en partes iguales) durante toda la noche. Al día siguiente, enjuague bien con agua limpia.
- Limpie también el restrictor de caudal con un paño húmedo y verifique que no tenga grietas ni roturas. Es muy importante que coloque el restrictor de caudal en su lugar cuando vuelva a armar la ducha, ya que si no lo hace perdería la garantía FV del producto. El restrictor de caudal debe ir en el sentido que se indica en la imagen.
- Limpie la superficie metálica de la ducha con un pulimento para acero inoxidable y una tela suave. Esto le devolverá el brillo al cromo y lo protegerá de futuras manchas.
- Coloque el filtro y el restrictor de caudal dentro de la ducha y vuelva a enroscarla en el brazo que está en la pared. Asegúrese de que quede bien ajustada, pero sin forzarla demasiado.
- Abra el paso de agua y comprueba que la ducha funcione correctamente. Si ve que hay alguna fuga o goteo, revise las conexiones y las juntas.
¡Listo! Ya tiene su ducha de acero inoxidable como nueva. Recuerde repetir este proceso cada cierto tiempo, según la calidad del agua y el uso que le den a su ducha. Así podrá mantenerla siempre limpia, brillante y eficiente.
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