La experiencia le dirá, seguramente, que el dinero que tiene para invertir, pagar sus obligaciones con el Estado, empleados y proveedores, no debe estar sustentado únicamente en el concepto de “ventas”. Esto tiene su base en el hecho de que no todo lo que vende es cobrado en los mismos plazos y tiempos en los que debe cumplir con sus pagos. De hecho, habrá ventas sobre las que deberá realizar un esfuerzo adicional para que, efectivamente, se conviertan en cobros, reduciendo su margen de ganancia proyectado.
Cuando usted realiza una venta debe tener presente, adicionalmente, dos variables importantes:
1. COBROS NETOS Y RETENCIONES EN LA FUENTE
Si usted factura con IVA a una empresa no calificada como contribuyente especial y/o a una persona natural, usted será responsable por ese IVA desde que emite la factura, sea que cobre o no el valor facturado. Por lo que, si no dispone de crédito tributario, tendrá que desembolsar a favor del fisco un valor que no ha recaudado y que dependiendo de las circunstancias cobrará en 30, 60, 90 o 120 días.
2. IMPUESTOS A PAGAR Y TASAS DE INTERÉS
Cuando su cliente proceda con el pago, este no le cancelará el 100% de la factura sino el 98%, si se trata de un servicio facturado, o del 99% si se trata de un bien vendido. Esta realidad debe invitarlo a estimar con algún grado de certeza lo siguiente:
– Cuándo y cuánto cobrará a cada cliente
– Los impuestos que debe transferir al fisco (IVA y Retenciones)
– Sus fechas de cobro y pago siempre son diferentes: roles, proveedores, bancos, inversionistas, SRI, IESS.
Esta estimación debe, al menos, proyectarla para un año, a fin de garantizar la solvencia operativa de su negocio. Basándose en esto puede planificar su crecimiento dentro de los próximos 5 años, el que deberá estar sustentado adicionalmente en inversiones / créditos de largo plazo.
Planifique su crecimiento… defina con qué dinero cuenta.
