A nivel mundial el fútbol es el deporte ‘rey’. Pero a más de disfrutar ver un buen juego, algo que también le llama la atención a los hinchas son los estadios en los que se disputan los partidos. Mientras más llamativo y confortable sea un estadio, mayor es el grado de satisfacción que tiene el hincha que asiste al mismo.
En Alemania hay uno de los estadios más hermosos y tecnológicos del mundo, su nombre es: Allianz Arena. Este estadio es la sede del poderoso Bayern Munich, el equipo europeo que pocos elencos desean enfrentar.
El estadio tiene muchas peculiaridades, pero desde el punto de vista del visitante quizá la más llamativa es su capacidad para mudar la piel (son 16 millones de colores los que puede mostrar su fachada). Es rojo, blanco o azul, según el momento. Blanco si juega la selección alemana, rojo si es el turno del Bayern de Múnich, y azul cuando el equipo de casa es el TSV 1860 München, un equipo de la segunda división alemana. La iluminación obra el milagro y deja claro a muchos kilómetros de distancia quién mueve el balón, de quién es el campo esa noche.
El diseño de la obra corresponde a Herzog & De Meuron, dos arquitectos suizos de enorme prestigio. Costó 341 millones de euros.
En el Allianz Arena, inaugurado en 2005, caben hoy 71.000 personas, tras una reciente ampliación. Por supuesto, para los turistas hay visitas guiadas -salvo los días de partido-, y un museo, bautizado como mundo Bayern, más de 3.000 metros cuadrados de exposición para zambullirse en sus éxitos deportivos.