Toda obra de construcción es un ambiente cambiante. Ante esto, los riesgos de caídas, golpes, etc. son innumerables. Además, se trabaja con varios elementos: químicos, mecánicos y pesados que pueden caernos encima. La gran mayoría de los trabajadores del sector de la construcción conocen estos riesgos y peligros que están en su lugar de trabajo y a pesar de ello, continúan los accidentes.
Hay varios factores que se confabulan para que esto se de y a mí criterio en este orden:
EXCESO DE CONFIANZA
“Tengo años haciéndolo así y no me ha pasado nada”, es la clásica respuesta cuando se le llama la atención a alguien en una obra de construcción, desde el obrero, pasando por el residente de obra y hasta el “gran jefe”.
TIEMPO
“Es que solo fue un ratito”, es otra típica contestación cuando se les consulta: ¿por qué no están trabajando anclados con su arnés o por qué se quitaron el casco cuando están en obra? Los accidentes ocurren en una fracción de segundo y va a ocurrir en ese momento que usted no cumplió las normas de seguridad.
APUROS
La productividad y la seguridad deben ir de la mano, ninguna sobre la otra. Ahora bien, si es que hay un accidente, habrán varios aspectos que si van a afectar la productividad:
- La obra se va a paralizar por un tiempo.
- Los demás trabajadores harán su trabajo más despacio, porque estarán asustados o preocupados por el accidentado.
- Se perdió un trabajador y hay que contratar un reemplazo que no va a rendir igual que el experimentado, etc.
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