La ampliación busca que buques con más de 12.000 contenedores puedan atravesar los 80 kilómetros de extensión del canal. La inversión tiene un valor estimado de 5.250 millones de dólares.
A nadie le genera dudas que la ampliación del Canal de Panamá constituye una de las grandes obras de ingeniería del siglo XXI, así como lo fue su construcción en el siglo anterior, porque además de los 5.250 millones de dólares que se invertirán, se prevé un aumento del 40% en la capacidad de tránsito de mercancías entre el Atlántico y el Pacífico.
La ampliación, que inició en septiembre del 2007, aumentará los ingresos diarios por el peaje en 1,6 millones de dólares, equivalentes a 584 millones de dólares más cada año. Anualmente 13.000 buques atraviesan el istmo de Panamá, cifra que pasará a 16.000, una vez terminada la obra.
Sin embargo su culminación no coincidirá con la conmemoración del centenario de la vía, que inicialmente estaba prevista para el 2014, porque se han presentado atrasos en la construcción de las esclusas. El retraso surgió cuando la Autoridad del Canal de Panamá -ACP- rechazó el cemento que el consorcio hispano-ítalo-belga-panameño quería utilizar, ya que supuestamente no tenía la calidad exigida.
Esclusas
El canal hoy tiene dos carriles, cada uno con su propio juego de esclusas. Los trabajos buscan añadir un tercer carril mediante la construcción de esclusas complejas en cada extremo del canal. Una esclusa compleja será localizada en el lado del océano Pacífico, al sudoeste de las esclusas existentes, en Miraflores. La otra será localizada al este de las esclusas existentes, en Gatún, en el Mar Caribe (oceáno Atlántico). Cada una de estas nuevas esclusas complejas tendrá tres cámaras consecutivas diseñadas para mover buques del nivel del mar al nivel del lago Gatún y hacia abajo otra vez.
Cada cámara contará con tres cuencas de ahorro de agua, para un total de nueve cuencas por esclusas y 18 cuencas en total. Al igual que las esclusas existentes, las nuevas esclusas y sus cuencas serán llenadas y vaciadas por gravedad, sin el uso de bombas.
Las esclusas estarán conectadas al sistema de canales existentes a través de nuevos canales de navegación. Las nuevas cámaras de las esclusas serán de 1.400 pies (426.72 m) de largo por 180 pies (54,86 m) de ancho y 60 pies (18,29 m) de profundidad. Usarán puertas rodantes en vez de puertas de mitra, que son usadas por las esclusas existentes. Las puertas rodantes son usadas en casi todas las esclusas existentes con dimensiones similares a aquellas propuestas y son de una tecnología probada.
Las nuevas esclusas utilizarán remolcadores para colocar los buques en vez de locomotoras. Como el caso de las puertas rodantes, los remolcadores se utilizan con éxito y extensamente para estos propósitos en las esclusas de dimensiones similares.
El proyecto del tercer juego de esclusas incluye la construcción de cauces de navegación para conectar las nuevas esclusas con las vertientes existentes. También comprende la profundización y el ensanche de los cauces. 
Estas dimensiones permitirán la navegación cruzada en sentidos opuestos de buques de dimensiones mayores a barcos petroleros en el lago Gatún. Además se ensancharán y profundizarán los cauces de navegación de las entradas de mar del Canal, en el Atlántico y Pacífico, a un ancho no menor de 225 m (740’) y una profundidad de 15.5 m (51’) por debajo del nivel promedio de las mareas más bajas.
Reducirá el impacto ambiental
Las obras de ampliación del Canal de Panamá permitirán reducir el impacto ambiental que produce esta construcción, según un estudio llevado a cabo en el Reino Unido.
Una reciente investigación publicada en el “Journal of Maritime Engineering” de Inglatera, llevada a cabo por Stott Pablo y Peter Wright, de la Universidad de Newcastle, en el citado país, afirma que la ampliación del Canal de Panamá es una oportunidad para reducir el impacto ambiental.
Stott, profesor de Ingeniería Naval en la Universidad de Newcastle, ha afirmado que “potencialmente, lo que tenemos aquí es una oportunidad ideal para poner en práctica algunos cambios muy simples, que marcarán una diferencia significativa en el impacto ambiental de la industria”.
El experto ha asegurado que el relajamiento de las restricciones tendrá dos efectos principales, “en primer lugar, permitirá el diseño de cascos de barcos más eficientes y, en segundo lugar, permitirá a los graneleros más grandes el paso a través del canal, economizando escalas”.
