Todo trabajo que realiza una persona tiene su factor de riesgo, si a este trabajo le aumentamos una herramienta, se genera otro tipo de riesgo y si esa herramienta la usamos para trabajar en alguna tarea donde hay más elementos involucrados entran en juego factores de riesgo adicionales.
En esta ocasión nos vamos a centrar en las herramientas manuales, entre las cuales tenemos por ejemplo: Pala, pico, combo, cincel, bailejo, alicate, tenazas, destornilladores, martillo, sierra, etc. No vamos a entrar al detalle de cada una, pero si a una óptica general de recomendaciones para evitar lastimarnos o causar accidentes por el mal uso o mala disposición de las mismas.
Las herramientas manuales deben ser usadas como lo que son y para lo que fueron hechas, no se debe improvisar en su uso o darle uso diferente al específico para lo que fueron creadas.
Hay herramientas que soportan cierta carga, presión o torque, por eso se recomienda leer o buscar las instrucciones antes de usarlas. En las instrucciones también se indicará el cuidado y mantenimiento de las mismas para su mayor vida útil y prevención de accidentes.
Por último, se recomienda que estas herramientas, al ser de mano, se las tenga siempre “a la mano”, es decir, cerca, no dejarlas botadas o en lugares donde puedan causar daño a uno mismo o a otra persona. Se las debe tener en una caja o en un cinturón portaherramientas. De igual forma se recomienda tenerlas amarradas a la mano o a la muñeca en el momento de su uso para que esta no caiga al suelo o al vacío en caso de que se resbale de nuestras manos.
Es importante recordar que no estamos solos en una obra de construcción, hay que ser cuidadosos con nuestras cosas y más aún si el mal uso de estas pueden causar daño a otra persona.
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