Escrito por: Ing. Francisco Moya – CONSAFETY.
Según las últimas estadísticas de riesgo del trabajo, el factor de riesgo mecánico es el principal asesino de obreros del sector civil, para el año 2018 en la provincia de Pichincha 7 de cada 10 accidentes fatales ocurrieron por este factor de riesgo. Las caídas de altura constituyen uno de los eslabones más importantes a tomar en cuenta en vías a disminuir la tasa de fatalidades en la ejecución de una obra civil.
De acuerdo a la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional estadounidense (OSHA), el trabajo en altura es: todo trabajo que se realice a una altura de 1,80 m por encima o debajo del nivel del piso. Los mismos 1,80 son detallados en el Reglamento de Seguridad y Salud en el Trabajo (Decreto Ejecutivo 2393) y el Reglamento de Seguridad y Salud para la Construcción y Obras Públicas 174, como la medida mínima que se debe tomar para los procedimientos de seguridad.
Muchos de nosotros hemos asociado la ejecución de un trabajo seguro en altura, al uso de los elementos de protección individual (Epi´s). Sin embargo, nos olvidamos que el control que ejercen dichos equipos de protección solo disminuyen el 5% del riesgo al que se exponen los obreros. Existen controles mucho más efectivos como es el caso de los equipos de protección colectiva, los cuales logran controlar de un 50 a un 75% el peligro como tal.
En nuestro país existen notas técnicas que nos detallan el funcionamiento e instalación de las mismas, sin embargo, son muy poco conocidas en el medio, como tal nos referimos a la Nota Técnica DSST-NT-030 “Protección Colectiva para la Construcción”. Hoy en día dentro de los formatos de inspección utilizados por parte del Ministerio de Trabajo, así como de la Agencia Metropolitana de Control se encuentra como ítem de condición segura de obra las protecciones colectivas.
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